19.7.08

la tina

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es como un paraíso pequeñito donde se puede pensar con claridad. 

es posible perder la noción del tiempo y la temperatura sumergido en el agua y en la propia mente.

la puerta está cerrada y ese ratito es de los pocos que son enteros y sin interrupción para uno mismo. 

hasta que los dedos se arrugan, el agua se enfría y el mundo de afuera no puede esperarnos un ratito más. 


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1 comentario:

Otto Hugo Weinberg dijo...

Quiero tener uno de esos paraísos, por lo menos... Aunque sea de los que no duran para siempre. Nunca había visto tu blog, ¡está muy bien!