soy vecina de la delegación cuauhtémoc y trabajo desde hace cinco años en diferentes lugares en la miguel hidalgo. durante cuatro de ellos me moví de casa al trabajo y de regreso en coche. estacionarme ha sido siempre un suplicio: son, por lo menos, quince o veinte minutos en los que anda uno dando vueltas como mayate sin encontrar lugar.
al final, acabamos dejándolo en manos de un franelero (figura que el gobierno del d.f. ha oficializado y hasta le ha otorgado menudo gafete que acredita a estas personas como dueños de la cuadra que es pública), o a la buena del dios en el que crea el automovilista.
en bosques de las lomas, zona en la que trabajo, hay pocos lugares donde dejar el coche. me refiero, en particular, a bosques de duraznos y ciruelos. no tengo ni que hacer notar la cantidad de oficinas que hay en estas dos calles.
hasta hace algunos meses, por ahí del verano de 2011, en una de las aceras de ciruelos, la del lado izquierdo, estaba permitido el estacionamiento (de facto, porque ahí seguían puestos los letreros de "no estacionarse"). hoy ya no se puede: los coches se quedan casi en bosque de reforma, en los alrededores del parque, en estacionamientos privados. el espacio es insuficiente.
mi desesperación principal, sin embargo, no es que hayan entrado en vigor los mentados letreros que antes uno podía ignorar a sabiendas de que la grúa (que varias veces me llevó, por cierto), también se hacía de la vista gorda. mi ansiedad y mi enojo, cada vez que intento estacionarme en las calles paralelas a ciruelos, es la cantidad de faltas a la fracción v del artículo 14 del reglamento de tránsito de la ciudad que tanto queremos:
Artículo 14.- En las vías públicas está prohibido:
[...]
V. Colocar señalamientos o cualquier otro objeto para reserva de espacios de estacionamiento en la vía pública sin la autorización correspondiente.
entiendo que las familias que ahí viven estén hartas de la cantidad de gente que entra y sale de la zona cada día para venir a trabajar, pero su afán de apoderarse de las banquetas frente a sus casas que, como es común en esta zona, ocupan más de media cuadra, me pone de franco mal humor.
las calles están llenas de bloques de concreto, cubetas, botes de detergente. no sé cuáles sean los motivos por los que estas personas crean que se ve mejor un contenedor de plástico vacío tirado en la calle que un coche de una persona que viene a trabajar.
sea cual sea la razón por la que las calles están marcadas por los vecinos de bosques de las lomas, me parece injusto que puedan hacerlo sin que nadie diga nada: las patrullas de tránsito incluso pasan frente a sus casas cada día y nunca ponen un pero a esta falta que implica una multa de 10 salarios mínimos de acuerdo al reglamento.
"se usará grúa", amenaza un letrero en un espacio que ni es entrada, ni es curva ni cumple con ninguna de las características establecidas en el artículo 12 del reglamento de tránsito del df. el letrero, es evidente, está mandado a hacer y a colocar por civiles. como yo: como yo que en mi colonia en la cuauhtémoc, que sufre del mismo mal, no puedo apartar un lugar frente a mi casa para que bajar el súper me cueste menos trabajo o para no caminar sola del coche a mi casa cuando es tarde y está oscuro.
sé que de las ventajas que tiene desincentivar el uso del coche en la ciudad, sin embargo, también sé que el transporte público que llega a esta zona es insuficiente. también, muy a mi pesar, subir en bicicleta hasta acá es prácticamente imposible. pero sobre el tema de los peatones y los ciclistas en ciertas zonas residenciales de la miguel hidalgo le escribiré después, en otra carta.