14.10.08

de la peli de la calaca

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tenía seis años y en los cines de valle dorado, en el norte de la ciudad de méxico, sólo habían 4 salas. iba de la mano de mi mamá, seguro un viernes en la tarde, después de la escuela. mi mamá me llevaba al cine: íbamos sólo ella y yo, resultado de mi incapacidad de forjar amistades que se hacía notar desde mis años de primaria.

vi el cartel y me quedé pasmada. no sabía de qué se trataba. no tenía idea de quién era tim burton y en aquel entonces, no aparecía el sello de disney. pero esa colina enroscada y las calabazas me tenían hipnotizada. mi madre me prohibió verla. sabía que todo me daba miedo y el esqueleto que aparecía de protagonista le resultaba sospechoso.

muchas veces regresé al cine de valle dorado después de ver el cartel la primera vez. todas ellas me paraba enfrente de él, como si buscara encontrar algo diferente, algo que me hubiera perdido la vez anterior.

estuvo colgado en esa pared muchos meses sin aparecer en la cartelera. me había aprendido el nombre, la anatomía de los personajes, de los que no me sabía el nombre y me había imaginado el mundo en el que vivían.

apareció al fin en la marquesina y llevé con engaños a mi madre a verla. la traducción del nombre ayudó: nunca me habría dejado ver una película con la palabra “pesadilla” en ella. suficientes terrores nocturnos tuve durante mi infancia como para alimentarlos.

estoy segura que no parpadee. las pasitas “escalona” que tenía en la mano se quedaron intactas al final de la película. quince años después, me sigue enchinando la piel escuchar “ ‘t was a long time ago…longer now than it seems…in a place that perhaps you’ve seen in your dreams”

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